De un tiempo a esta parte ha cambiado la concepción de la cocina dentro de cada vivienda. Cada vez es más frecuente encontrarla abierta, dispuesta contigua al salón o comedor y dando a la estancia no solo toques funcionales, sino también estéticos por medio de sus componentes y la iluminación.
El acabado fino de los materiales permite crear una sensación de libertad en esta cocina. La madera, presente en la isla, mesa y estantería, crea una armonía visual que otorga uniformidad e integridad a la estancia.
La isla como núcleo
La cocina se sustenta en una isla perfectamente diseñada, compuesta por fregadero en tonos negros y vitrocerámica. Cajones amplios en blanco que combinan estética y funcionalidad, dotándola de centro de operaciones.
A su lado, creando un pasillo por el que transitar perfectamente, se erige la mesa en nogal de grosor reducido con patas de madera, totalmente independiente y equipada con seis sillas negras.
Se acabó el chocarse unos con otros. Esta distribución proporciona una sensación mucho más dinámica y espaciosa.
Electrodomésticos en columna
La estética queda totalmente representada en las columnas que visten la cocina y que integran los electrodomésticos, generando un mínimo impacto visual. Además, cajones y baldas con amplio almacenaje conforman estas líneas que ofrecen comodidad y multifunción.
De esta manera, los electrodomésticos quedan alineados, ordenados aprovechando mejor el espacio y se pueden tapar con láminas de madera o esconder detrás de puertas, para dar un aspecto aún más uniforme.
La iluminación, el toque definitivo
Las lámparas colgantes presentes encima de la isla ofrecen un ambiente cálido y familiar, proyectando una luz directa tanto sobre esta estructura como sobre la mesa. Además, la iluminación LED trasera de la estantería de madera otorga otra fuente de luz indirecta que conjuga y realza la arquitectura de esta cocina.
A pesar de tener una iluminación natural, recordemos que la noche llega tarde o temprano, haciendo indispensable la luz artificial. En este momento, contar con una iluminación adecuada nos proporciona descanso visual, relajación y, en definitiva, un espacio mucho más acogedor.